Depresión: Lo que necesitas saber

Mucha gente se pregunta si estar triste durante cierto tiempo es sinónimo de estar deprimido o tener depresión. Coloquialmente se ha utilizado el término depresión muy a la ligera llegando a ser un estado igual o muy parecido al de la tristeza. ¡Aprendamos a diferenciarlos! Y a saber cuándo debemos preocuparnos y pedir ayuda.

¿Qué es la tristeza? ¿Es lo mismo que tener depresión?

Hablamos de una emoción primaria, es una de las emociones que más malestar puede generar y de las más comunes. Resulta, por lo general, como consecuencia de un evento negativo, un fracaso, una decepción, …

La tristeza puede manifestarse como llanto, falta de apetito, insomnio, falta de interés, desmotivación, cansancio, rumia o “dar mil vueltas a la cabeza”, problemas de concentración, además de pensamientos negativos. No es el equivalente a tener depresión, pero sí que es un detonante y, cuando tenemos depresión, mostramos normalmente un profundo estado de tristeza.

Trastorno Depresivo Mayor (lo que conocemos por depresión)

Este es el término profesional para la depresión. Hablaremos a continuación de los criterios resumidos que deben cumplirse para su diagnóstico.

Criterios diagnósticos para el Trastorno Depresivo Mayor según el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).

Los síntomas deben tener una duración de al menos 2 semanas. Debe estar presente al menos uno de estos síntomas: (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer.
Además, se deben cumplir cinco síntomas o más entre los siguientes:

  1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días.
  2. Reducción significativa del interés o placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días.
  3. Disminución o aumento del apetito o peso.
  4. Insomnio o hipersomnia.
  5. Agitación o enlentecimiento psicmotor.
  6. Fatiga o pérdida de energía.
  7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada.
  8. Dificultad para pensar o concentrarse.
  9. Pensamientos de muerte recurrentes o ideas suicidas.

Algo que es importante para establecer dicho diagnóstico es que haya un malestar significativo o  deterioro del funcionamiento social, laboral u otras áreas importantes. Así como que la situación NO se explique debido a los efectos de una sustancia u otra afección médica.

Como hemos visto, existen bastante diferencias entre un estado triste habitual y un Trastorno Depresivo que requiere una atención especial. Eso sí, no tienes por qué esperar a tener un Trastorno Depresivo para pedir ayuda ya que muchas veces estos pueden prevenirse con una atención especializada a su debido tiempo.

En cuanto al diagnóstico de “depresión” debes saber que normalmente va asociado a prescripción farmacológica que en principio, debería ser temporal. Además, te recomendamos que acudas a terapia psicológica.

¿Por qué es importante acudir a terapia psicológica?

En el Trastorno Depresivo suelen interferir muchos procesos de pensamiento que influyen negativamente en el mantenimiento o empeoramiento de la sintomatología.

En terapia abordamos esos pensamientos que muchas veces son la principal fuente de malestar y aprendemos a modificarlos y cambiarlos por otros más adaptativos.
En el Trastorno Depresivo se suele tener una visión especialmente negativa de las situaciones, de la vida en general, las personas y el mundo. Es por ello que empleamos la Terapia Cognitivo Conductual, centrada en el trabajo sobre los pensamientos y la conducta de la persona, encontrando resultados favorables.

Recuerda: “De la depresión se sale, pero con apoyo psicológico profesional, social, y familiar. El tiempo por sí solo no lo cura”.

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