Hay momentos en los que dormir se nos hace muy cuesta arriba, y por más que lo intentemos, no encontramos la forma de lograr acomodarnos entre las sábanas y abrazar a Morfeo. Pasamos horas y horas intentando por todos los medios relajarnos y descansar, pero el ajetreo del día a día o nuestras propias estrategias para lograrlo resultan contraproducentes.
¡Pero no te preocupes! Vamos a intentar ayudarte con este artículo. En primer lugar, hablaremos sobre las causas más comunes para el insomnio y así poder prevenirlo, y finalmente comentaremos qué hacer si te encuentras en el momento de dar cientos y cientos de vueltas en la cama. ¿Te suena?
Cabe destacar que las tres causas más comunes que pueden estar interfiriendo en tu sueño:
- Tu cabeza no para de pensar.
- Has hecho actividades estimulantes, que irremediablemente te han despertado.
- No tienes una rutina de sueño fija.
Hablemos de ellas, ya que son importantes y te ayudarán a entender qué te está pasando y, tal vez, cómo puedes solucionarlo.
No paro de pensar
Normalmente cuando no podemos dormir es porque nos hemos llevado los problemas a la cama. La cabeza no para de dar vueltas a miles de cosas y entramos en un bucle imparable de pensamientos, imágenes, recuerdos… Nos dejamos llevar por esta marea y sin darnos cuenta pasan las horas.
¿Es posible que durante el día no tengas tiempo de pensar en lo que piensas por la noche?. Puede ser que por el día evites pensar en cosas que por la noche vienen a molestar porque no puedes seguir distrayéndote. Solo están tus pensamientos y tú en la oscuridad.
En ese caso, si son pensamientos o temas recurrentes no hay que seguir evitándolos porque seguirán apareciendo hasta que le demos un buen cierre. Para ello, tendremos que analizarlo (mejor de día) y darnos una explicación tranquilizadora (los psicólogos solemos ayudar a esto) para que ese capítulo pueda cerrarse adecuadamente y no vuelva a interrumpir tu sueño.
Actividades que perjudican el sueño
Actividades estimulantes como el móvil, las redes sociales, los videojuegos, e incluso las series o películas muy atrayentes pueden hacer que el sueño se retrase mucho. A medida que se acerca la hora de dormir te recomendamos que vayas haciendo actividades cada vez más relajantes como la lectura, ver series de interés bajo o medio, escuchar podcasts o audiolibros, escuchar sonidos de la naturaleza o hacer meditación.
No tener una rutina fija de sueño
Tener un horario de sueño fijo facilita mucho el dormir. Si eres de las personas que no tiene unos hábitos bien establecidos puede ser que esto te esté pasando factura. Te recomendamos que te acuestes y te levantes más o menos a la misma hora. Además, las siestas pueden hacer que también tu horario de sueño cambie.
¿Qué hacer en el momento en que no puedo dormir?
Te recomiendo que salgas de la cama porque, cuanto más permanecemos sin poder dormir, más nos ponemos nerviosos, y por tanto más complejo nos es dormir.
¡Sal de la habitación!, ve al baño, refréscate la cara, mira por la ventana mientras respiras despacio, intenta pensar en algo que te relaje y, cuando estés más tranquilo, vuelve a la cama.
Evita usar el móvil u otras actividades que requieran luz ya que tu cerebro pensará que aún es de día y no segregará la hormona del sueño (en el fondo, es muy listo). Si aún así no te ves preparado para dormir, usa las actividades relajantes sugeridas de leer, escuchar un podcast o un audiolibro, entre otros. Que, por cierto, si quieres, puedes escuchar nuestro podcast.
¡Ten una maravillosa noche, y un mejor sueño!
Si quieres consultarnos por otra razón por la que te esté pasando, escríbenos y te contactaremos en cuestión de horas.