Mi pareja me ha decepcionado
Al cabo de un tiempo puede pasar que nuestra pareja no nos parezca la misma: ¿Cambió?, ¿estoy conociendo ahora a la persona que realmente es? Evidentemente, cuando acabamos de conocer a una persona es imposible conocer todos sus aspectos en todas las situaciones posibles. Sin embargo, con el tiempo nos vamos haciendo una idea cada vez más ajustada a la realidad. Al final, si no nos cuadra con lo que inicialmente pensábamos podríamos decirnos a nosotros/as mismos/as algo como «mi pareja me ha decepcionado»
¿Cómo se forman esas expectativas?
Las expectativas, en general, se van formando progresivamente así como van cambiando y adaptándose a nuevas vivencias. Desde nuestra infancia, se van creando expectativas en base a todo lo que nos rodea, influenciadas por la educación que recibimos, lo que vemos en casa y en nuestro entorno. Un buen ejemplo es cómo la relación de nuestros padres nos enseña lo que nosotros consideraremos «normal» en una relación. Al fin y al cabo es la relación que primero presenciamos y además se trata de la relación que mantienen nuestros referentes vitales.
Me he hecho ilusiones y, al final, mi pareja me ha decepcionado
De serie los humanos formamos expectativas porque tienen una gran utilidad para nosotros. Una de ellas es conseguirnos mucha información en poco tiempo preparándonos para las situaciones que vamos a vivir, de modo que nos ayudan a tolerar la incertidumbre: ¿Cómo será?, ¿qué pasará?, son preguntas frecuentes que no tardamos en contestar con las expectativas.
¿Qué pasa si mi pareja no cumple mis expectativas?
Lo habitual es que al principio nuestra pareja nos parezca que cumple prácticamente con todas nuestras expectativas. Esto se debe a que uno trata de lucir lo mejor de sí mismo al comienzo, pero también se debe a que la otra persona, osea, yo, estoy predisponiéndome a buscar pistas que confirmen que dicha persona cumple mis expectativas, y solemos ignorar la información que contradice este hecho.
Claro, no nos interesa en ese momento darnos cuenta de que realmente esa persona es como es, y no tiene por qué cumplir a la perfección con esa imagen que buscamos. Este «error» en psicología lo denominamos sesgo de confirmación y es muy común en el pensamiento humano a todos los niveles. El sesgo de confirmación es el que nos «ciega» en cierto modo, y lo que nos hace pensar que nuestra pareja nos ha decepcionado si no ha cumplido con esa figura que inicialmente habíamos ideado, haciéndonos incluso cuestionarnos si tenemos futuro juntos o si, sin querer, hemos conformado una relación tóxica.
¿Qué conclusiones sacamos?
Es normal que en las fases de conocerse y enamorarse solo veamos la parte que nos gusta. Esto no significa que no exista esa parte que no nos guste o que nos guste menos. Simplemente empezamos a apreciarla más tarde porque estamos ensimismados y no vemos más allá en esos momentos. Muchas veces no es que nuestra pareja nos decepcione, sino que nosotros nos creamos unas falsas expectativas en base a una imagen que hemos proyectado inicialmente ¡Tranquilos, es humano!.